CARNAVAL 2006
Si por algo es conocido Brasil, es por el carnaval. Y el carnaval para muchos, es Rio. Pero para el que no lo sepa, sin desmerecer a la cidade maravilhosa, hay más carnavales famosos. Está el de Salvador de Bahia, que puede que sea el más alocado, en dura concurrencia con el de Recife-Olinda. Pero nosotros, por una serie de circunstancias acabamos en otro carnaval que no es tan conocido fuera de Brasil, el de Ouro Preto.
Ouro Preto, para quien no lo sepa es una de las ciudades de la ruta del oro en Brasil, y en su momento fue tal vez la ciudad más rica del mundo. La opulencia de esta ciudad era extrema, la corrupción también. No se sabía que hacer con tanto dinero, se construian iglesias una al lado de la otra, aquella construida para los blancos ricos, aquella para los blancos pobres, esa para los negros. Muchas fueron construidas por los esclavos, en una de ellas aparece el sol y la luna, indicando que trabajaban de día y de noche. La iglesia de la foto es la de Nuestra Señora del Pilar, construida en el tiempo que España y Portugal eran la misma corona. El patrimonio dejado por unos tiempos en los que solo en esta región se extrajo más oro que en todas las colonias españolas, es impresionante. El más grande escultor brasileño, Alejaidinho, tiene una parte muy importante de su obra aqui. Este era un escultor hijo reconocido de una negra y un blanco, que esculpió gran parte de su vida con una enfermedad degenerativa similar a la lepra que le llevó a incluso atarse el martillo y el cincel a sus muñones para seguir trabajando. Es muy interesante ver como estilos europeos de la época se intentaban copiar en las colonias, como la Iglesia de Nuestra Senhora del Carmen, que tiene el curioso estilo ovalado de algunas iglesias del norte de Europa.
El nombre de la ciudad, Oro Negro, viene del hecho de que el oro extraido de aqui estaba mezclado con mineral de hierro, teniendo una apariencia negra.
Ouro Preto, no son solo iglesias afortunadamente (auque estas si que son el mejor testigo del despilfarro, riqueza opulenta y segregación de esa época). Ouro Preto tiene también unas calles que pueden rivalizar en arquitectura con las de Toledo. Casi todo el pueblo (unos 200.000 habitantes) son casas antiguas. Pasear por esas calles se complica por las cuestas (aún no me explico porque todas las ciudades coloniales ricas están en cuesta) pero es una delicia. Cada esquina, cada recodo, cada palmo de calle es digno de ver. La ciudad está construida a lo largo de una línea que va girando (Caminho Torto) por lo que no hay una avenida recta principal como en muchas otras ciudades coloniales.
Hoy en día, además de su patrimonio histórico Ouro Preto es conocido por su carnaval, que sin desmerecer tiene los ingredientes de las fiestas de cualquier pueblo de la castilla profunda. Lo tiene todo: La "Verbena" en la plaza del pueblo, las "peñas" que vienen a ser como los blocos de carnaval, los gigantes, los cabezudos, el borracho del pueblo... Bueno, lo que no hay en mi pueblo son carteristas, que birlaron dos cámaras y tres móviles entre nuestro grupo.
Pero vamos, lo que no faltó, muy en común con las fiestas de mi pueblo fue la borrachera de cuatro días, eso sí, otro matiz, aqui no de Whisky si no de Caipirinhas. Todos nos lo pasamos en grande y tuvimos la suerte de no caer rodando por alguna de las cuestas.
Las calles estaban llenas, por ellas podías encontrarte de todo, en su mayor parte universitarios (diosss, q gran fiesta para mis 20 años!), vendedores de máscaras, de sombrillas, al mismísimo "presidente" Lula...
Hubo un día que en un arranque de culpa por estar en la ruta de las ciudades coloniales y no movernos nada más que para ir de un puesto de caipirinhas a otro, nos acercamos a Marina, un pueblo que un día fué la primera capital del Estado, de Minas Gerais. Este pueblo era mucho más pequeño y no tan monumental, pero tenía alguna cosa digna de ver. Lo más divertido fue tomar parte de un carnaval, ya ahora sí, del brasil más profundo (bueno, mejor no digo nada, no sea q el próximo viaje sea a Acre). Había bastante animación, más "verbena"muchos gañanes vestidos de mujer, e incluso un trio de forro, música típica del nordeste.
Volvimos justo a tiempo de ver el desfile de las escuela de Samba de Ouro Preto. Comparado con cualquier desfile de Rio, esto es la cabalgata de Reyes de mi pueblo, pero a mi, que lo vi bastante de cerca, me impresionó. En el primer grupo había una chica negra que sambaba como el demonio, aparte de toda la coreografía de batucadas, carrozas, etc. Lo que más me sorprendió era la cantidad de niños que desfilaban, algunos de una manera inocente y otras criaturas de 9 años moviendo sus cuerpecitos de una manera que sería el sueño de cualquier pederasta.
Hablando de mujeres, la putaria aqui era relativa. Esa historia de pillar a la chica y darla un beso tiene gracia si las chicas están por la labor, pero lo único que se veia en las calles de Ouro Preto era una banda de desesperados que se ponían en plan francotirador a forzar a besarlos a la primera incauta.
En fin, que nos lo pasamos en grande. Dentro de poco más aventuras.