Brasil Me Mata

Thursday, March 30, 2006

CRASH

Hace poco vi la peli de Crash. En un principio fui al cine sorprendido porque una película con una temática como esa se llevara un premio tan comercial como es el Oscar. Salí del cine con la sensación de haber visto una buena película, pero he de reconocer que algunas de las críticas que he leido sobre ella me parecen muy acertadas. Algunos críticos la llamaron de "la peor película del año". Para muchos, la visión que el director da del problema del racismo es simplista, estereotipada y propia de alguien que lo más cerca que ha estado del problema es la televisión. Además, todas las historias son individualistas y te vienen a decir que "don´t worry, everyone´s a little bit racist". El poli que es un cabrón con los negros cuida de su papi, los negros que pueden parecer muy buenos son al final tb un poco cabrones, en fin. Lo peor de todo es esa solución de "compasionate conservative" que se da a las historias, especialmente a la de la mujer rica abrazándose a la criada latina. Seguro que muchos republicanos se sintieron mejor después de ver la pelicula.

Pero lo que si que me gustó de la película, es ese concepto de Crash, en una ciudad en la que nadie se toca, existen no obstante trayectorias vitales en rumbo de colisión. Eso pasa cada vez más en nuestras ciudades, donde el choque de culturas es cada vez más cotidiano, pero siempre representado por pequeñas historias individuales. No he querido recurrir a fotos de Brasil para ilustrar esto. Primero porque no me parece necesario, solo tengo que echar mano de mis fotos de Madrid para mostrar escenas parecidas a las de Crash o las que encontraria en la Plaza de la República de Sao Paulo. La segunda razón es que en Brasil no existe realmente un choque de culturas, es un choque entre pobreza o riqueza, pero es en los países del primer mundo donde se ven más claramente esas grandezas y miserias de la emigración.

Mendigo - Puerta del Sol
Emigrantes saliendo de casa - Lavapies
























Magrebi en su balcón - Lavapies
























Mirando a dos indias - Lavapies

Vieja loca escuchando flamenco - Lavapies

Padre e hijo chinos - Lavapies

Saturday, March 25, 2006

SIEMPRE NOS QUEDARÁ SÃO PAULO...

Quien es este señor tatuado? Quien es esta masa de musculos y testosterona? Pues muy sencillo, además de ser el "Bad Boy" de Brasil, actor porno en sus ratos libres y ex- de Big Brother Portugal, el Sr. Alexandre Frota es... mi casero. Pues sí, el Sr. Frota se cansó de su nidito en Sao Paulo y decidió alquilarlo.














Siguiendo con las adivinanzas... Quien es esta moza de mirada atrvida? La recepcionista? No, es una de nuestras respetables vecinas, es Bruna Surfistinha, ex-prostituta que se hizo de oro vendiendo sus memorias como mujer de la vida.

Los designios del ICEX son inescrutables. Hace unas semanas me llegó un mail que me hizo sentir como un alemán siendo llamado a filas para Leningrado. El centro de reclutamiento de ICEX me mandaba en cuatro semanas a Brasilia para pasar 3 mesecitos en el planalto central. Acogí la noticia con la santa resignación que mi querido empleador nos ha enseñado a practicar. En estas últimas semanas que me quedan en Sampa antes de mi exilio intenté aprovechar mi ciudad al máximo y también queria colocar este post en el que no hay fotos maravillosas ni viajes exóticos pero que retratan un poco lo que es mi día a día aqui. Puede ser que personas no pertenecientes al triángulo mi madre-mi tia-mi abuela, no quieran seguir leyendo, no les culpo.

Aqui unas foticos de mi humilde morada:
















Esta es una vista desde mi balcón. El verde que se ve al frente es el parque de Ibirapuera y el mazizo de rascacielos más al fondo es el centro de la ciudad, a la derecha, la Avenida Paulista.

La Iglesia Católica del barrio. Muy cerca de mi casa.

Y justo enfrente, su firme competidora, la evangéliga iglesia universal:

Yo y un plato de deliciosa tempura en mi restaurante japonés favorito, justo en mi barrio.

Fiesta de despedida, banderitas españolas cortesia de la OFECOMES. Me recordó a las fiestas de mi pueblo... snif snif que saudades!


Aqui es donde trabajo. Bueno, en realidad en el edificio de enfrente a estos dos, pero estos son más chulos y la vista merece más la pena.




















Casualmente, según me alejaba con el avión, divisé mi lugar de trabajo. Irónico:

Friday, March 17, 2006

PARANAPRIACABA

Hacía tiempo que quería publicar este post y lo he ido dejando, dejando. Los hechos que relato acaeciron en el tiempo de la visita de Aida a Brasil. Fue un día libre que tenía mientras ella todavía paraba por aqui. El día empezó confuso, sin saber a donde ir de excursión. ¿A donde demonios vas a llevar a alguien de turismo en Sao Paulo? En su guía venía una sugerencia: Paranipriacaba. Detras de este nombre impronunciable se escondía un lugar aún más enigmático que este trabalenguas. Se trataba de un pueblo colonial inglés en mitad de la selva, construido por los ingenieros ingleses que debían construir y administrar el tren de Sao Paulo y las máquinas que los remontaban por la sierra.

El viaje empezó en la Estação da Luz, joya de comienzos del siglo pasado, aunque en realidad reconstruida después de un fuego que acabó con la estructura original. En realidad era ya estar un poco en ese mundo de los tiempos gloriosos del camino de hierro. Por dentro tiene la misma estructura que Atocha en Madrid. La actividad en la estación era febril, gente yendo de un lado para otro y trenes entrando y saliendo constantemente, a pesar de las pocas líneas que tiene el cercanias de Sao Paulo.





El tiempo que estaba expléndido empezó a empeorar cuando llegamos a un pueblo en el que teníamos que pillar un autobús. Este es uno de esos sitios que encaja en lo que se diria "pueblo perdido de la mano de dios", yo definiria estos sítios como aquellos en los que si no es porque te pierdes no pisas ni de coña.


Cuando llegamos a Paranapriacaba propiamente llovia despacio pero sin pausa. El surrealismo comenzaba ya. Veias el agua bajar corriendo por las empinadas calles del pueblo, por las aceras de casitas estilo colonial inglés que anidaban a un lado de una especie de barranco. Abajo estaban las vias del tren, y al otro lado se adivinaba, tras una densa niebla que lo cubria todo, una estación con su propio Big Ben. Al otro lado se atrevesaba por un puente altísimo de metal y madera.

Vagamos un rato por el pueblo, que estaba desierto, excepto por algunos parroquianos que nos miraban como si fueramos extraterestres. El pueblo tenía señales para turistas, pero creo que estagente no debía ver muchos. Nos cruzamos con casí más perros que personas. En una ventana, un colibrí bebía de un bebedero.


Una vez al otro lado de las vias, lo primero que visitamos fue un decrépito vagón de tren de principios de siglo pasado. Con sus asientos acolchados, sus luces de gas... y su madera pudriéndose por todos lados. Calculé que el vagon se desintegraria de aqui a unos meses.





Continuamos vagando por este escenario espectral. La niebla amainó y se pudo adivinar una mansión victoriana al otro lado del barranco, rodeada de selva virgen, que fue engullida de nuevo por la neblina. Pasamos por debajo de una casa de guarda-agujas y andamos hacia unos almacenes. Por el camino nos cruzamos con algún tren abandonado. En el almacén se encontraban aparcadas una junto a la otra a tres locomotoras del S. XIX, tres aunténticas joyas perféctamente conservadas. Entramos en el almacén en el que se exponía el más variopinto material ferroviario. Desde tuercas a gigantescas anillas del tamaño de una persona, martillos, vias, e incluso máquinas de escribir, vitales para el ferroviario de cualquier época y lugar.





Continuamos pasando entre más trenes abandonados hasta que llegamos a otro almacén con más locomotoras como las que salen en las películas de índios. Atravesamos el almacén y llegamos a un lugar en el que había una compleja maquinaria de grandes engranajes. Por allí estaban el presidente de Patrimonio Nacional y el de Asociación de Amigos del Ferrocarril, que nos dieron una lección magistral sobre aquel lugar tan extraño.

Estaba situado en ese sitio porque allí comenzaba la sierra. Los trenes que llevaban el café al puerto y traian las importaciones que se hacían desde el puerto de Santos (el mayor de América Latina). Pero claro, los trenes al bajar o subir perdían tracción y era necesario remolcarlos. Para eso se utilizaba esa maquinaria, del tamaño de un almacén, para remontar y descender a las locomotoras y su preciada carga. Después se inventó el tren de cremallera, lo que dejó obsoletas esas grandes máquinas. Después el café comenzó a perder importancia, el tren perdía terreno frente a los camiones... Los ingleses arriaron su bandera y se fueron cuando terminó su concesión.

Pero en definitiva, fue en este lugar que se fraguó la riqueza de Sao Paulo. En este cementerio de trenes, perdido entre la selva y la sierra, trabajaba una máquina que sostenía la riqueza de una nación

Thursday, March 16, 2006

EL RETO

Para quien quiera leer un blog con textos interesantes de verdad, solo tiene que entrar en el blog "As minhas coisinhas", que está linkado en el mio. Es de mi amiga Catarina y además de escribir super bién ahora me lanza un reto desde su blog. Se supone que tengo que enumerar cinco manias de esas que te hacen único e irrepetible y retar desde aqui a otros 5 blogeros.

Bien, ahi voy:

- Supongo que la mayoría de mis manías giran alrededor de mi cámara fotográfica. Tengo la manía de documentar todo, para mi es como si lo que no se hubiera fotografiado nunca hubiera pasado. Tengo la puta mania de obcecarme a veces con algo, persona, objeto, edificio y sacarle fotos hasta morir. Luego tengo la sensación constante de que me he dejado la cámara en algún sítio y me doy yo solo un susto de muerte. En fin.

- Aunque sea verano me gusta dormir arropado con algo, aunque sea una sábana. No me siento cómodo durmiendo solo sobre la cama. Otra cosa, si hay que elegir lado en la cama... siempre pido el del lado de la pared!

- Odio con la fuerza de mil soles el pepino! Noto su sabor en cualquier comida por poco que tenga. Mi hamburguesa queda estropeada si una rodaja de esa hortaliza tocó mi carne! Por su culpa fui condenado a nunca disfrutar del gazpacho!

- Nunca tiro un maldito papel. Acumulo y acumulo toneladas de mierda en el remoto caso de que aquel folleto que me dieron en la feria del tractor usado de villaconejos pudiera servir para algo. (Lo util que hubiera sido ese folleto para la proyecto de Tractores en Marruecos!)

- Me lavo los dientes siempre delante del lavabo y muy echado para adelante. Además de eso, nunca bebo agua después de lavarme los dientes, siempre antes. (No le busqueis explicación)

Ufff Podría seguir durante horas, pero es hora de los otros retados:

- JuanPedro
- Rak
- Simone
- Mario
- Rosi y Mavi (si, que se que me leeis, podeis escribir vuestras manias en comentarios aunque no tengais blog)

Y claro, cualquier otro que se anime a dejar sus manias en los comentarios!

Wednesday, March 15, 2006





CARNAVAL 2006


Si por algo es conocido Brasil, es por el carnaval. Y el carnaval para muchos, es Rio. Pero para el que no lo sepa, sin desmerecer a la cidade maravilhosa, hay más carnavales famosos. Está el de Salvador de Bahia, que puede que sea el más alocado, en dura concurrencia con el de Recife-Olinda. Pero nosotros, por una serie de circunstancias acabamos en otro carnaval que no es tan conocido fuera de Brasil, el de Ouro Preto.









Ouro Preto, para quien no lo sepa es una de las ciudades de la ruta del oro en Brasil, y en su momento fue tal vez la ciudad más rica del mundo. La opulencia de esta ciudad era extrema, la corrupción también. No se sabía que hacer con tanto dinero, se construian iglesias una al lado de la otra, aquella construida para los blancos ricos, aquella para los blancos pobres, esa para los negros. Muchas fueron construidas por los esclavos, en una de ellas aparece el sol y la luna, indicando que trabajaban de día y de noche. La iglesia de la foto es la de Nuestra Señora del Pilar, construida en el tiempo que España y Portugal eran la misma corona. El patrimonio dejado por unos tiempos en los que solo en esta región se extrajo más oro que en todas las colonias españolas, es impresionante. El más grande escultor brasileño, Alejaidinho, tiene una parte muy importante de su obra aqui. Este era un escultor hijo reconocido de una negra y un blanco, que esculpió gran parte de su vida con una enfermedad degenerativa similar a la lepra que le llevó a incluso atarse el martillo y el cincel a sus muñones para seguir trabajando. Es muy interesante ver como estilos europeos de la época se intentaban copiar en las colonias, como la Iglesia de Nuestra Senhora del Carmen, que tiene el curioso estilo ovalado de algunas iglesias del norte de Europa.

El nombre de la ciudad, Oro Negro, viene del hecho de que el oro extraido de aqui estaba mezclado con mineral de hierro, teniendo una apariencia negra.


Ouro Preto, no son solo iglesias afortunadamente (auque estas si que son el mejor testigo del despilfarro, riqueza opulenta y segregación de esa época). Ouro Preto tiene también unas calles que pueden rivalizar en arquitectura con las de Toledo. Casi todo el pueblo (unos 200.000 habitantes) son casas antiguas. Pasear por esas calles se complica por las cuestas (aún no me explico porque todas las ciudades coloniales ricas están en cuesta) pero es una delicia. Cada esquina, cada recodo, cada palmo de calle es digno de ver. La ciudad está construida a lo largo de una línea que va girando (Caminho Torto) por lo que no hay una avenida recta principal como en muchas otras ciudades coloniales.

Hoy en día, además de su patrimonio histórico Ouro Preto es conocido por su carnaval, que sin desmerecer tiene los ingredientes de las fiestas de cualquier pueblo de la castilla profunda. Lo tiene todo: La "Verbena" en la plaza del pueblo, las "peñas" que vienen a ser como los blocos de carnaval, los gigantes, los cabezudos, el borracho del pueblo... Bueno, lo que no hay en mi pueblo son carteristas, que birlaron dos cámaras y tres móviles entre nuestro grupo.

Pero vamos, lo que no faltó, muy en común con las fiestas de mi pueblo fue la borrachera de cuatro días, eso sí, otro matiz, aqui no de Whisky si no de Caipirinhas. Todos nos lo pasamos en grande y tuvimos la suerte de no caer rodando por alguna de las cuestas.

Las calles estaban llenas, por ellas podías encontrarte de todo, en su mayor parte universitarios (diosss, q gran fiesta para mis 20 años!), vendedores de máscaras, de sombrillas, al mismísimo "presidente" Lula...

Hubo un día que en un arranque de culpa por estar en la ruta de las ciudades coloniales y no movernos nada más que para ir de un puesto de caipirinhas a otro, nos acercamos a Marina, un pueblo que un día fué la primera capital del Estado, de Minas Gerais. Este pueblo era mucho más pequeño y no tan monumental, pero tenía alguna cosa digna de ver. Lo más divertido fue tomar parte de un carnaval, ya ahora sí, del brasil más profundo (bueno, mejor no digo nada, no sea q el próximo viaje sea a Acre). Había bastante animación, más "verbena"muchos gañanes vestidos de mujer, e incluso un trio de forro, música típica del nordeste.

Volvimos justo a tiempo de ver el desfile de las escuela de Samba de Ouro Preto. Comparado con cualquier desfile de Rio, esto es la cabalgata de Reyes de mi pueblo, pero a mi, que lo vi bastante de cerca, me impresionó. En el primer grupo había una chica negra que sambaba como el demonio, aparte de toda la coreografía de batucadas, carrozas, etc. Lo que más me sorprendió era la cantidad de niños que desfilaban, algunos de una manera inocente y otras criaturas de 9 años moviendo sus cuerpecitos de una manera que sería el sueño de cualquier pederasta.

Hablando de mujeres, la putaria aqui era relativa. Esa historia de pillar a la chica y darla un beso tiene gracia si las chicas están por la labor, pero lo único que se veia en las calles de Ouro Preto era una banda de desesperados que se ponían en plan francotirador a forzar a besarlos a la primera incauta.

En fin, que nos lo pasamos en grande. Dentro de poco más aventuras.