Brasil Me Mata

Monday, February 06, 2006




Eran las 5,30 de la mañana... y me había dormido. Baje lo más rápido q pude, olvidándome por el camino... de todo. Hasta ropa para cambiarme. Cuando llegúé abajo... Resulta q todos nos habíamos dormido. Llegamos a la escuela de buceo sin decir ni palabra y cuando el taxi se fué pensé... Q diablos hago yo aqui?? La calle estaba desierta, era de noche, hacía fresco. Encima pensabamos que se habían olvidado de nosotros... Ok, estábamos unos minutos atrasados, pero desde cuando una salida de buceo en Brasil es como una cita con un Banco Suizo?? Por fín, dos faros iluminan la calle y se paran junto a nosotros. Solo el ronroneo del motor al relentin rompe el silencio de la noche. Una puerta se abre, una figura emerge del coche y se dirige hacía nosotros. La única farola está a punto de iluminarle el rostro.... (acento de de chamberí cerrado) "Joder, menudas horitas eh muchachos?". Carlos, un español que llegó por telefónica a instalar unos sistemas y que se quedó por causa de una brasileña, era la última persona que esperaba que fuera a bucear con nosotros.

Supongo q a la mayoría de la minoría que lee este blog no les interesará para nada, más que nada porque aún no tengo forma de hacer fotos de los fondos, pero hace unos fines de semana salí a bucear a un lugar llamado Laje de Santos. Se trata de una roca a 40km (q se dice pronto) de la costa. El viaje en si ya valió la pena. En el camino nos cruzamos con un grupo de unos 7 delfines que nos acompañaron nadando bajo nuestro barco hasta casi la misma isla. Fue una experiencia, nunca había visto delfines tan cerca y estos nadaban tan cerca que podías tocarlos.




Una vez en la Laje, que tiene forma de enorme ballena de piedra, nos explicaron un poco lo que íbamos a ver. Descendimos a una profundidad de 20 metros y pudimos ver millares de peces. También buceamos cerca de un naufragio de un pesquero. La sensación de bucear, como siempre, increible. Lo que fue un poco decepcionante era el fondo, de roca y algas negras.

El punto del día lo puso el madrileño. Cuando subimos el dive master me preguntó: "No has visto a ese tio subiendo a toda leche?". No, no lo había visto. Era el gambitero de Carlos, que se le había olvidado vigilar el aire, y claro a 20 metros se va... cosa mala, en nada de tiempo has consumido hasta la reserva. Pues el tio se quedó sin aire a 18 metros. Algo imperdonable. Tuvo que subir a pulmón a toda leche. Se pegó un buen susto, y nos sirvió a los demás para estar aún más pendientes.

En fin fue un buceo que calificaría de aceptable. Lo peor, la madrugada y la paliza de ir y volver. Creo q no lo volveré a hacer. Pero bueno, el equipo de buceadores del ICEX ya está listo para futuras salidas, atender que equipazo:
Andelante Ángeles de Charly! A por más aventuras!